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TODAVIA HIJO – Entrevista a Sergio LIzárraga

Publicado el

por Daniel Posse.

Sergio Lizárraga lanzó su nuevo libro donde desnuda los estertores de una poesía sanguínea y a la vez sacra, que intenta y logra, la fertilidad de una simpleza sólida y transparente.

La llamada puede parecer impersonal, pero resulta todo lo contrario. El frío de la mañana se vuelve corrosivo, pero tiende a desaparecer ante las primeras palabras llenas de saludos y la expresión sólida de él, donde dice: —A mí me gusta mucho este clima—.

D.P. — ¿Por qué “Todavía Hijo”?

S.L. — La Dra. Liliana Massara, en el prólogo del libro, considera que el título conlleva implícito un sentir de orfandad. Ciertamente, esa experiencia es uno de los ejes vertebradores del poemario. En el mismo, los versos peregrinan en una cavilación que busca encontrar sentido espiritual a la pérdida, sembrar en un camino donde persiste la luz, una búsqueda que no se clausura. El adverbio “todavía” puede expresar que la primera situación continúa sin dar paso a la segunda; en algún sentido, la orfandad no suprime la posibilidad de ser aún hijo, más aún cuando la reflexión se enmarca en una cosmovisión espiritual. Todavía hijo de un padre/Padre.

D.P. — ¿Cómo fue el proceso de escritura de este libro?

S.L. — En primer lugar, me acerqué al silencio para tener la posibilidad de escuchar. En el silencio se encuentran a veces las palabras más fértiles, más aún cuando se encara una búsqueda que implica, por un lado, el despojo y, por otro, el rumiar la palabra que se encuentra. Mi poesía es despojada adrede, porque quiso representar el vacío de la pérdida. En el proceso, cada vez que encontré una palabra, la hice eco para que diga tantas cosas…

Como parte del duelo, escribir poesía fue una experiencia liberadora. Tal vez por eso, las poesías de Todavía hijo son tan breves, porque revisé una y otra vez el libro, y ante cada relectura, aquello que iba liberando se representaba en la palabra y en el vacío.

D.P. — ¿Sentís que esta obra es una continuidad de tus otros libros anteriores? Si es así, ¿por qué?

S.L. — Hay una relación entre los cuatro libros, porque cada uno es un cuerpo, escrito en momentos precisos, que responden a una necesidad particular. Hay tópicos que se hacen presentes, temas que construyen universos. Quienes leyeron mis libros encuentran, por ejemplo, la presencia de palabras como hueso, alma, hambre… Los bosques siempre están, y lo místico. Lo místico como un acto de esperanza que impulsa la búsqueda.

D.P. — ¿En este libro qué tipos de sentimientos tuyos creés que habitan?

S.L. — La esperanza como fermento de la escritura, como camino hacia la palabra. La sensación de ese “algo” ya comenzado en un tiempo pasado, como dice el hno. Edmundo Gómez, se convierte en destellos en la palabra.

D.P. — En este libro podemos advertir que existe una desnudez que te muestra desde lugares invisibles. ¿Cómo manejás esa desnudez y la vulnerabilidad que eso implica?

S.L. — Es una buena pregunta. No sé escribir poesía sin esa desnudez. Esa es una de las causas de mi demora en publicar. Pero para mí, la poesía debe contar con esa posibilidad: la de encontrarte con el alma de quien escribe, puesta en la hoja, como en la palma de la mano.

Mi poesía es un ejercicio de introspección, porque, como lo planteó San Agustín, el hombre necesita de la introspección para analizar y reflexionar sobre sus actos. La interioridad invita a no caer en determinadas redes, a explorar esa sensación de “lejanías” que atravesamos los poetas. Las respuestas están en los lados más íntimos.

D.P. — Ese niño que fuiste, ese habitar en Tafí Viejo, ¿fluye en los versos de este libro? ¿De qué forma creés que lo hace?

S.L. — Sin lugar a dudas. Somos moldeados a lo largo de la vida, una y otra vez. Creo que todo deja algo, aunque sea poco; lo que queda aporta a nuestra identidad. Tafí Viejo es una ciudad/pueblo marcado por la nostalgia, el extrañar un pasado de esplendor. En la literatura, la música, la plástica, se hace presente esa melancolía. También cuenta con su propia diáspora. Mi niñez fue testigo de los grandes cambios que el cierre de los talleres ferroviarios ocasionó. Al igual que casi todos los padres taficeños, el mío era ferroviario. La pérdida de su trabajo provocó un sismo en la familia. En esos años vi vecinos partir, casas vaciarse. Esta experiencia me otorgó tópicos y temas, por eso está la palabra migrante en mis versos.

D.P. — ¿Podemos percibir que en este libro existe algún tipo de desarraigo? ¿Cómo se transita ese sentir?

S.L. — Sí, la orfandad requiere de una nueva identidad. Sin ser niño, quise reflexionar en torno a esas sensaciones. Nadie está preparado, sin importar la edad, para despedir a los seres queridos. El duelo tiene distintas instancias, el desarraigo es una sensación más. Al escribir este libro, también puse en palabras conflictos, cuestionamientos, incluso enojos, vinculados “al otro padre”, al que promete “estar por siempre”.

D.P. — Entre el Sergio Lizárraga poeta y el profesor, ¿existen más diferencias que coincidencias? ¿Desde dónde y por qué?

S.L. — Soy ambas: poeta y docente, dos grandes pasiones, dos grandes necesidades, vitales. No hay una que prevalezca sobre la otra, pero son distintas. La poesía es una introspección; la docencia, un salir a la piel permanente.

D.P. — Siento que tu poesía siempre camina y se manifiesta desde una conexión entre lo humano y lo divino. ¿Creés que es así y por qué?

S.L. — En un mundo fascinado como el nuestro, hablar de espiritualidad suena un tanto extraño, a veces incómodo en algunos lugares. En un mundo fragmentado, ¿qué sentido tiene la espiritualidad? Cierto es que el mundo tiembla, haciendo que este sea un buen momento para encontrar sentidos. Para San Agustín, la interioridad fue su gran descubrimiento; la experiencia de este hombre singular se sintetiza en esta idea: “no te desparrames, concéntrate en tu intimidad. La verdad reside en el hombre interior”. Mi poesía camina en el lugar al que te refieres, por eso es breve, deja lugares para lo trascendente que busco.

D.P. — Hablemos de la poesía tucumana un poco, entendiendo que se produce mucho más que en otros tiempos. ¿Qué te parece lo que se produce? ¿Hacia dónde creés que va esa producción?

S.L. — En Tucumán, afortunadamente se escribe y, además, se publica mucha poesía. Hay distintos circuitos de difusión, editoriales independientes, pero falta aún mucha conexión. No es fácil acceder a todo, no es fácil afirmar qué características puntuales tiene la poesía que se escribe aquí. No creo que el escribir en Tucumán sea la marca más notable; en todo caso, publicar en la provincia es una dificultad que nos une. Creo que se escribe según intereses vinculados con la generación, la moda, etc. También la pertenencia a determinados grupos parece establecer ciertas estéticas, intereses, temas. Creo que hay temas que se están agotando porque hay voces que repiten y no presentan algo nuevo. Pero como los escritores, al igual que cualquier artista, tenemos nuestros egos, estas preguntas deben responderse con mucho cuidado.

D.P. — Volvamos a Todavía hijo. ¿Podés compartir quizás el que consideres tu mejor poema de este libro?

S.L. — No la considero la mejor poesía del libro, pero es la que me gustaría compartir hoy:

dejamos las armas
sobre el barro
imitando al mar
que se rinde
en las orillas
porque su gota
ha rozado un límite
en el barro
nuestra piel tiene
el grosor de la lucha

D.P. — Presentaste el libro en la sede central de ATEP. ¿Cómo te sentiste, sobre todo al ver la enorme cantidad de público que asistió?

S.L. — Hubo mucha amistad, mucho cariño. Las presentadoras, la narradora, la cantante, el gestor del espacio, las autoridades del Ministerio de Educación, del gremio… conjugaron en favor de un momento inolvidable. Fue muy valioso que tantos docentes hayan estado presentes, porque ese día fui poeta y docente una vez más. Me alegra saber que, a partir de la presentación, muchos gestores y actores de la cultura de nuestro medio descubrieron un espacio nuevo abierto a la comunidad.

D.P. — ¿Existe la catarsis en este libro? De ser así, ¿desde qué lugar viviste ese proceso?

S.L. — La poesía tiene para mí una dimensión salvífica. Escribir sobre uno mismo es una forma de explicarse, de poner en orden el propio mundo, de reconocerse. A. González, por ejemplo, afirma que si no “estuviesen dictados por la intención de hacer literatura, podría decirse que esos textos tan directamente basados en situaciones reales, en datos verdaderos, son el resultado de insólitas sesiones terapéuticas, en las que soy el paciente y el médico en una sola pieza. Y ciertamente, en ocasiones ha resultado ser un eficaz alivio de mis males”.

D.P. — ¿Hay alguna obra en proceso de escritura en este momento? ¿De qué habla?

S.L. — Sí, hay dos más, una de poesía y otra de narrativa. Por primera vez estoy trabajando en un libro de cuentos, todo un desafío para mí, tan habituado a la brevedad.

Los saludos de despedida se suceden; nuestro agradecimiento queda pequeño para un poeta con el que hablar nos hace sentir que siempre el tiempo es poco. Vuelvo a mirar la calle desde mi ventana. El sol va desapareciendo, el frío se hace más crudo. Vuelvo a Fuga, porque allí habita el sendero.

 

26 COMENTARIOS

  1. Querido Daniel, felicidades por tu trabajo, excelente amigo, sos lo.mas , continua así, me llenas de orgullo amigo un abrazo a la distancia

  2. Sin lugar a duda alguna….el ojo crítico q te caracteriza ha hecho de esta nota una muestra de la enorme generosidad que tienes para con tus pares…. Sientes como un deber necesario contribuir desde tus letras a que los mismos alcancen su mayor esplendor….
    Saludos abrigaditos!

  3. Superlativo entrevista! Preguntas simples pero perspicaz que invitan a desnudar el alma del poeta.
    Sin lugar a dudas una poesia en donde muchos nos sentimos como el protagonista, o quién no es hijo? Quién no lleva por siempre ese título aún cuando sea huérfano? La sutileza del reportaje que lleva a obtener respuestas sabias, adentrarse , introspección, porque todo se devela en el interior y en el silencio que grita a viva voz las respuestas que solo la obtemos en ese estado.
    Y me quedo podía parecer impersonal pero no lo es ! También me sentí identificada. Gracias por la excelente entrevista Daniel Posse. 🙏

  4. Completisima entrevista en donde se desnuda al autor y a la persona para darlo a conocer en su estado puro, para recordarnos que somos frágiles.

  5. Me encantó que se le preguntara al poeta lo que le provoca escribir. Y que lindo la bien lograda respuesta es mi catarsis . Encontrar en las letras la posibilidad para decir lo que el habla no puede expresar. La cura a todos los males. Ah, eso es magnífico. Gracias por compartir esta nota que lleva a sensibilizar el corazón.

  6. Entrevista que despierta el interés por leer, sentir y vivir la obra. Me devuelve ciertas palabras: Origen y Padre en clave de divinidad. Descubrir y recordar a ese origen divino. Al lograrlo, iniciamos el proceso de reconocimiento de ese UNO. Gracias estimado Sergio por poner luz en el camino de retorno a Uno.

  7. Amigo Querido,sin palabras,tu generosidad,seriedad y profesionalismo….
    Respecto de la Obra de Sergio me encanto la «profunda austeridad» me permitio reconstruir mi propia orfandad…. me detono’ imagenes, momentos, recuerdos…. fantastica la porcion de lienzo.en blanco que nos da «Todavia Hijo»
    Hermoso Trabajo!!!!!

  8. Hola Daniel querido! He leído la entrevisto que le hiciste a Sergio Lizarraga. Es muy buena, excelente como llegas a entrar en la parte íntima del autor. Llevas una sutileza que le permite al autor reflejar lo más profundo de su ser. Como interrogador tu capacidad hace desnudar al interrogado, metafóricamente hablando. Congratulaciones para ambos.🥰🥰

  9. Excelente entrevista a un gran Poeta y muy querido Profesor. Que grata sensación la de la escritura como bálsamo del paciente/médico. Felicitaciones!

  10. Muy buena entrevista. Y me deleita leer lo que expresa Sergio en sus respuestas. Tuve el placer de participar en cursos done el era el Profe. Excelente. Divertido. No podías aburrirte

  11. Gusto recorrer esta entrevista realizada al poeta y docente Sergio Lizárraga. Justas preguntas. Apreciadas respuestas.
    Un muy buen poemario en el que destaco su fina identidad escrituraria.
    Sergio tiene su propio don lírico.

  12. Brillante la entrevista a mi amigo y colega Sergio Lizárraga. Por medio de las preguntas de Daniel Posse conocimos un poco más al gran poeta de Tucumán.

    • A Sergio Gabriel Lizárraga tengo que conocerlo más para brindar mi opinión en público. Me agradó una pequeña charla que compartimos alguna vez y estoy esperanzado en su docencia a partir de lo que pude ver esa noche. En lo que a vos respecta, debo decir que es muy lindo leer tus entrevistas. Felicitarte es poco, dado que se supone que esa es tu especialidad. Expresarte mis respetos creo que es más oportuno. Abrazo, mi estimado amigo. Y felicitaciones al profe Lizárraga por la convocatoria que tuvo la presentación de su libro de poemas.

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