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En busca del pensamiento perdido

Publicado el

Por José Mariano. 

Ideas y conversaciones yuxtapuestas.

El miércoles 1 de octubre, el auditorio estaba lleno. No era sólo la presentación de un libro, era otra cosa, el aire se sentía espeso de expectativa, como si todos supiéramos que lo que iba a suceder no era habitual. Ideas Yuxtapuestas. En busca del pensamiento perdido, el nuevo libro de Catalina Lonac y Susana Maidana, no se presentó como un objeto editorial, sino como un gesto raro en estos tiempos, detenerse a pensar juntos.

Las autoras, desde sus miradas distintas, compartieron con calidez la travesía de un libro nacido del diálogo y de la confrontación de ideas. Hubo risas, silencios atentos, la sensación de estar frente a un intercambio que no buscaba convencer ni imponer, sino abrir grietas para que la reflexión respirara. Fue, al mismo tiempo, celebración de la palabra, de la amistad intelectual y de la posibilidad de darle espacio a preguntas que no se dejan clausurar fácilmente.

Para mí fue el privilegio de acompañar el proceso creativo como editor. Y digo proceso creativo porque Ideas Yuxtapuestas no es solamente un libro terminado, sino una experiencia viva de trabajo compartido. La escritura de Catalina y Susana no se limitó a producir textos, sino a sostener un espacio donde pensar, cuestionarse y volver a empezar. Estar ahí, en medio de esa dinámica, fue descubrir que lo creativo no es un instante de inspiración, sino un recorrido de dudas, intuiciones y hallazgos. Esa fragilidad, ese movimiento entre la idea y la palabra, es lo que le da al libro su fuerza vital.

En sus páginas se recorren dilemas que nos atraviesan a todos, la frontera siempre frágil entre justicia y venganza; el vínculo conflictivo entre amor y odio; la conciencia de la finitud, donde se juega tanto el miedo como la posibilidad de sentido; la soledad, que puede ser refugio pero también desafío; el cruce entre ciencia, religión y filosofía, cuando el conocimiento deja de ser neutral y se convierte en campo de batalla.

Cada capítulo abre una pregunta que no busca clausura. Al contrario, enciende la chispa del pensamiento crítico, no para dar respuestas definitivas sino para mantener viva la inquietud. Su fuerza está en devolverle a la filosofía un lugar vital, lejos del academicismo estéril y cerca de la urgencia existencial.

Ideas Yuxtapuestas puede leerse como un mapa de ideas, pero también como un espejo que devuelve luces y sombras. Es un libro que conmueve porque no teme hurgar en lo incómodo. En un presente marcado por el vértigo tecnológico y el exceso de información, este gesto de detenerse a pensar es casi un acto de resistencia.

La finalidad del libro es clara, rescatar la costumbre de la reflexión. No como nostalgia de un tiempo perdido, sino como necesidad de un presente que corre el riesgo de perderse a sí mismo. Porque cuando dejamos de pensar, cuando renunciamos a interrogar lo que nos pasa, nos volvemos presas fáciles de la prisa, del miedo y del ruido.

En un tiempo en que todo se disuelve en velocidad y superficialidad, detenerse a pensar es un acto de insumisión. Este libro lo demuestra, la reflexión no está perdida, sólo espera ser reencontrada. Esa es la apuesta de Catalina Lonac y Susana Maidana, a la que me sumo como editor, recordarnos que todavía podemos resistir al olvido del pensamiento.

Y, sin embargo, la obra no termina aquí. Este libro es apenas la primera estación de un recorrido mayor, que encontrará continuidad en un segundo volumen titulado Reforma del pensamiento. Si Ideas Yuxtapuestas abre las preguntas y nos invita a recuperar la costumbre de reflexionar, Reforma del pensamiento será el paso siguiente, el intento de transformar esas preguntas en un nuevo modo de habitar el presente.

El miércoles por la noche, cuando la presentación terminó, la gente seguía conversando. Nadie salió corriendo, nadie quiso que se apagara la chispa. Tal vez eso sea lo que queda, la certeza de que pensar juntos todavía es posible. Y que cada libro, cuando es verdadero, no se cierra nunca y se convierte en un continuará…

1 COMENTARIO

  1. Excelente, profundo y diáfano
    No son conceptos que se oponen porque la profundidad, ese quehacer propio del topo nietzscheano, no navega en aguas abstractas sino que muerde en el presente y se compromete con la realidad. Solo me queda decir Gracias, con mayúsculas, querido José Mariano

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