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Sincretismo: Alberto Passolini y la argentinidad

Publicado el

por Javier Habib.

El 10 de mayo del corriente gocé el placer de visitar la muestra “Albiceleste”, de Alberto Passolini (Buenos Aires, 1968), en Rusia/Galería.

Se trata de ocho pinturas y dos instalaciones. El tema de la muestra es la argentinidad. Las pinturas exhiben reproducciones de obras europeas del siglo XVIII y XIX, de tópicos mitológicos y escenas aristocráticas. François Boucher, François-Hubert Druais, Nicolai Andreyanovich Zavaruev, Johann Heinrich Tischbein y Michelangelo Maestri son invitados a la Galería Rusia por nuestro querido Passolini. Pero no se tratan de meras reproducciones. La lograda réplica de las escenas rococó es intervenida con fileteados gruesos y sutiles, albicelestes, que invocan la icónica gráfica de cartelería y autobuses porteños.

La curadora de la muestra, Carlota Beltrame, dice que para pensar la obra de Passolini resulta útil un concepto proveniente de la semiología, el del “‘significante vacío’, con el que se describen estructuras semánticas que se han vaciado temporalmente de significado, pudiendo de esta suerte, habilitar nuevas construcciones discursivas.” Las palabras “libertad”, “bueno” y “justo” son significantes vacíos. Cada uno lee lo que cada uno puede o quiere leer. Para Beltrame la produccion de estos significantes es un artilugio eminentemente artístico, ya que el arte “no busca razonar lógicamente ni demostrar nada, sino estimular la imaginación, permitiéndole, cada vez, decir cosas nuevas. Una refrescante “lluvia en la alta fantasía”.”

Si nos predisponemos a participar de esta generosa invitación a llenar de sentido a la pintura de Passollini, para mí, como acabo de decirlo, la muestra trata sobre el ser nacional. Por un lado, los pintores de la europa culta de la ilustración, el buen gusto, lo neoclásico, el academicismo, y la lograda búsqueda de la perfección en la pintura. Pero por otro lado el fileteado, los colores nacionales, el lunfardo y cruce de culturas. Me impresionó mucho el contraste. El contraste entre el logrado realismo de un Passolini que usa acrílico para conseguir imágenes que parecen de óleo, que seguro sacó músculo para mantener un pulso perfecto y que, de repente, contra todo pronóstico, irrumpe lo hecho como un fileteador rapero. Pasó, vio la pintura, y la intervino como artista callejero.

Si esto es así, creo que la muestra es muy atinada. En parte porque en Tucumán, como lo explica uno de sus pensadores—Gaspar Risco Fernandez—se vive un sincretismo aún mayor que el que se pueda ver en Buenos Aires. El mito amerindio, la utopía hispánica y el logos científico-técnico de la modernidad lograron acá, expone Risco Fernandez, una síntesis que superó a la oferta de contrapolaridad en su momento expuesta por Córdoba y Buenos Aires (ver Risco Fernández, “El noroeste argentino como cultura regional” en Revista Cultura Económica, 2007, Año XXV, No 69, disponible en internet)

Y me parece atinado hablar de sincretismo por otra razón, y ésta asocia la muestra de la Galería Rusia con el tema que el editor de Fuga eligió para el numero 10 de la revista: La cuestión política.

Podría uno escribir mucho sobre los sincretismos del presente (kirchneristas que libran batallas culturales contra la vieja política, liberales que cuestionan el derecho de los individuos de hacerse llamar, casarse y transformar su identidad como les plazca, y mucho mucho anacronismo; desde el querer hacernos pensar que la solución para los problemas es sólo una, a la misma dicotomización del pensamiento ético en de izquierdas y derechas).

Pero quiero intentar decir algo más profundo. Creo que está en la esencia de la decision política el elaborar un juicio sincrético. Y esto es cierto para las manifestaciones de virtud, como para los modos de vida más viles. En efecto, nadie que quiera instaurar un regimen purista podrá tomar, a cada paso de su andar, decisiones acordes a su teoría de preferencia. Esto lo explica Socrates en términos de valentía: A veces dar un paso atrás no es rendirse por cobarde, sino esperar el momento justo para poder avanzar. Pero decididamente esto no es lo único que pasa en política. Me refiero a la flexibilidad con la que los politicos adaptan su discurso y acciones para seguir acomodándose. Esto merece un estomago particular, de concupiscente apetito.

Como sea, 

la pintura central de Passolini (ver la portada de esta nota) muestra a cupido con un arpa. Su arco quedó tirado a un costado. NADA MáS ATINADO PARA UNA SOCIEDAD ASFIXIADA POR LAS PASIONES COMO LA NUESTRA. La escena me invita a pensar una experiencia hermosa: la justicia sin espada, la cultura sin ideología, la emoción sin rivalismos.

La muestra de Passolini estará hasta el sábado 14 de junio, en el local de Rusia Galería. Buenos Aires 729, San Miguel de Tucumán, Tucumán. Visita muy recomendada!

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