por Rodrigo Fernando Soriano.
La noticia ya no sorprende, pero sí estremece: Amazon anunció que reducirá su personal en áreas corporativas a medida que implemente inteligencia artificial en sus procesos. Su CEO, Andy Jassy, lo expresó con frialdad quirúrgica: “necesitaremos menos personas haciendo algunos de los trabajos que se hacen hoy”. Y lo dijo como quien anuncia una actualización más del sistema. Algo inevitable. Algo lógico.
En el fondo, lo es.
Porque el capitalismo no para. No sabe parar. Lo advirtió Byung-Chul Han cuando escribió que el sistema contemporáneo ya no está impulsado por la represión sino por la sobreproducción, por la positividad tóxica, por una fuerza que nos exige optimizar cada segundo, cada vínculo, cada neurona. Es un capitalismo del rendimiento, donde incluso el descanso debe ser productivo. Y si hay algo más productivo que el humano, es la máquina. La IA no duerme, no exige derechos, no cuestiona.
En ese marco, la reducción de personal no es una falla del sistema. Es su culminación.
Desde 2022, Amazon ha despedido a más de 27.000 empleados, y solo en 2025 recortó otros 300. Mientras tanto, avanza con más de 1.000 proyectos de IA generativa que automatizan tareas de atención al cliente, diseño, programación y logística. En paralelo, invertirá más de 100 mil millones de dólares en infraestructura para inteligencia artificial en los próximos años.
No es la única. Según el Future of Jobs Report del Foro Económico Mundial (2023), el 75 % de las empresas planean adoptar IA próximamente. Se estima que 83 millones de empleos desaparecerán y se crearán 69 millones nuevos, con un saldo neto negativo de 14 millones de puestos en riesgo. Dario Amodei, CEO de Anthropic, fue aún más brutal: predice que hasta el 50 % de los trabajos de oficina de nivel inicial podrían desaparecer en cinco años, y que el desempleo mundial podría rondar el 20 %.
Entonces, ¿no es momento de volver a discutir el trabajo? ¿Qué significa hoy trabajar?. Ya no producimos cosas: producimos atención. Ya no forjamos comunidad: gestionamos estímulos. Ya no vendemos nuestro tiempo: vendemos nuestra subjetividad. Y si la IA puede imitar nuestras capacidades cognitivas, nuestras palabras, incluso nuestros sentimientos, ¿cuál es nuestro diferencial?.
La respuesta es política. Es filosófica. Porque en este nuevo orden algorítmico, el trabajo ha perdido su cualidad relacional, su potencia ética, su rol de organizador de sentido. El algoritmo optimiza, pero no cuida. Ordena, pero no escucha. Decide, pero no duda. Y si el trabajo humano se define —como sostenía Arendt— no sólo por su utilidad sino por su capacidad de mundo, ¿quién construirá mundo cuando dejemos de trabajar?.
Byung-Chul Han, citando a Freud, habla de una pulsión de muerte del capitalismo: una lógica que se expande hasta devorarse a sí misma. Si antes el sistema necesitaba cuerpos que trabajaran, hoy necesita sólo datos. Y en ese modelo, lo humano se vuelve un estorbo. El burnout no es un síntoma, es una consecuencia sistémica. La depresión no es una excepción, es el precio por haber convertido toda experiencia en mercancía.
Si no detenemos esta inercia, no habrá antagonismo. Sólo adaptación. Sólo cuerpos optimizados. Y, al final, sólo ausencia. Si dejamos que las decisiones las tomen las empresas más eficientes, el resultado será, precisamente, la eficiencia total. Pero la eficiencia no abraza, no ama, no canta. La eficiencia no construye sentido.
Quizás llegó el momento de detenernos. No por nostalgia, sino por supervivencia. Porque si no volvemos a discutir el trabajo, pronto no habrá nada que discutir.
Realmente para pensarlo, no nos damos cuenta que tanta IA nos puede dejar afuera.
Gracias por tu comentario! Es así, es hora de replantearnos el significado de muchas instituciones que creíamos estáticas.
Si el futuro se diseña sólo con métricas, lo humano se vuelve una anomalía. Necesitamos repensar el trabajo no como engranaje, sino como espacio de sentido. Antes que adaptarnos al algoritmo, deberíamos preguntarnos si ese es el mundo que deseamos habitar.
Gracias por tu comentario! Muy interesante tu punto de vista. Por eso los referentes del mundo piensan en parar con los avances de la IA
Viéndolo desde el lente capitalista, Será así tal cual lo expresa tu nota.
Ahora, si hilamos más fino, el cambio en la modalidad de trabajo, como del tipo de trabajo a realizar se tiene que dar.
por ejemplo, hoy encontrar ciertos oficios es muy difícil (plomeros, constructores, carpinteros, etc.), con mano de obra desocupada, se transformará el mapa laboral.
Gracias por tu comentario Mario! Los oficios manuales van a ser los más preciados en el futuro sin dudas
Excelente nota de este gran colega!
Muchas gracias!
Quizás llegó el momento de detenernos. No por nostalgia, sino por supervivencia. Porque si no volvemos a discutir el trabajo, pronto no habrá nada que discutir… Muy buena nota Rodri, la pregunta que se me ocurre es qué hacer cuando nos detengamos? para qué nos detenemos? cuál es el plan? hay plan? estamos sumergidos en la fantasía del entretenimiento de la inmediatez, las luces de lo efímero, y vivimos hoy como si no hubiera un mañana, no quiero caer en el desconsuelo de lo distópico y absurdo que se ha vuelto el mundo, sin embargo no encuentro otra forma de verlo. Hay que seguir pensando amigo, discutiendo y esperando que el general intellect este trabajando en silencio, porque en algún momento todas estas contradicciones del sistema tienen que ser el despertar de una conciencia común que nos permita mirar por el ojo de la cerradura.
Excelente observación! Una vez se paró 6 meses y no se logró nada. En realidad si, que Open IA publique los códigos y fue cuando se dio el boom de la inteligencia artificial.
Dos observaciones más: el tiempo cada vez pierde significado por lo efímero. La inmediatez nos devora.
El futuro que imaginamos no es el mismo que en los 80s, hoy solo vemos apocalipsis
Reflejas el triste final del obrero y el derecho del trabajo…excelente nota.
Gracias Anabel por tu comentario. Ojalá haya resignificacion laboral
Exelente reflexión Dr. El final es conocido, entiendo que lo que no tenemos son detalles acerca de cómo será el camino, de como será esa transición y que políticas adoptarán los estados para contener un latente drama social ocacionado por el desempleo.
Un fuerte abrazo.
Gracias por tu comentario! Si nos guiamos por recetas conocidas, las respuestas no son alentadoras. Vamos a necesitar conceptos nuevos que no estamos acostumbrados.
Excelente nota Rodrigo, comparto en su totalidad tu visión sobre el futuro del trabajador, pero no nos olvidemos que se superó con creces la Revolución Industrial que amenazaba con la extinción del trabajador. Pero la humanidad desarrollo, una vez más, su capacidad de adaptarse al medio, como lo planteaba Darwin en la evolución de las especies, para superar ésta transformación global. Creo debemos anteponer a ésa Pulsión de Muerte, que lo único que busca es la destrucción total, una Pulsión de Vida, que rompa con una eficiencia total y poner el acento en los valores del hombre , el cual puede expresar un sentir que la IA nunca podrá reproducir.
Gracias Jorge por tu comentario! Siempre es acertado e interesante traer algo de psicología a estas cuestiones. Ojalá sea así