Trece
Por Hugo Robles Lama.
“Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece“
George Orwell, 1984.
Conferencia:
“Estilo, simulación y literatura en tiempos de la inteligencia artificial”
Ricarte Pigliare, Escuela de Traductores, Auditorio Borges, hoy – 13:00 horas.
“El estilo es la expresión del temperamento del autor. No hay literatura sin emoción”.
—Vernon Lee, Sobre el estilo.
Pigliare (inicia):
-Voy a proponer una idea que puede parecer provocadora: la inteligencia artificial no escribe, sino que administra estilos. Es un archivo de gestos, un repertorio de voces. Lo que produce no es literatura, sino una especie de simulacro estilístico. Un pastiche donde el lugar común se convierte en estructura.
La IA funciona como un lector que ha memorizado todo. Puede imitar a Borges, a Arlt, a Lispector, pero no puede encarnar el gesto que funda el estilo. Vernon Lee lo decía con claridad: el estilo es una forma de emoción, no una técnica. Y eso es lo que falta en la escritura artificial: el temblor, el riesgo, el error.
Ahora bien, esto no significa que no haya algo fascinante en esa simulación. Pensemos en una escena basada en un cuento perfecto (1): un hombre ve un reel en Instagram sobre Cortázar. La voz del video narra una historia de amantes, de un puñal, de una cabaña. El hombre se deja llevar, pronto nota que los detalles coinciden con su propia casa. No es identificación emocional, es sincronía estructural, como si el relato lo estuviera leyendo a él.
Entonces se levanta, recorre la casa siguiendo instrucciones que no estaban en el video, pero que él conoce. Sala azul, galería, escalera alfombrada. Nadie en la primera habitación. Nadie en la segunda. En el salón, el sillón, la luz, y otro hombre viendo el mismo reel. El puñal ya está en su mano. Lo que sigue no es un crimen: es una lectura.
La literatura, en ese punto, deja de ser representación y se convierte en acción. Y la inteligencia artificial, que no tiene cuerpo ni experiencia, se convierte en el director invisible de esa puesta en escena.
(1) “Continuidad de los parques”- Julio Cortázar.
Pregunta del público 1:
-¿Está diciendo que la IA puede generar literatura sin autor?
Pigliare:
-No exactamente. Lo que digo es que la IA puede generar textos que simulan literatura, pero el autor, en el sentido fuerte, no está. No hay experiencia, no hay conflicto, hay una coreografía de estilos, una danza de voces prestadas, la literatura se convierte en una máquina de espejos.
Pregunta del público 2:
-¿Y cuál es el lugar del lector en este nuevo escenario?
Pigliare:
-El lector se vuelve el verdadero autor. Porque es él quien interpreta, quien decide qué es real y qué es ficción. En este contexto, leer es un acto de resistencia. Leer es elegir. Y quizás, también, escribir sea cada vez más un gesto político: afirmar una voz propia en medio del ruido.
Pregunta del público 3:
-¿Cree que la literatura perderá su valor si la IA sigue avanzando?
Pigliare:
-No lo creo. La literatura no depende de la tecnología, sino del deseo. Mientras haya alguien que quiera contar una historia, que quiera entender el mundo a través de las palabras, habrá literatura, lo que cambia es el medio, no el impulso y quizás, en ese cambio, descubramos nuevas formas de narrar, nuevas formas de leer.
Cierre:
-La inteligencia artificial nos obliga a pensar qué es el estilo, qué es la emoción, qué es la literatura. Nos enfrenta a una pregunta antigua con herramientas nuevas y en ese cruce, como siempre, está el riesgo. “El riesgo, como decía Cortázar, es el único lugar donde puede nacer lo verdadero”.
Final:
Aplausos.
Esta conferencia contó con el auspicio de Seguros de vida: Lora & Tokens, Inc.
«Asegura hoy lo que da sentido a tu mañana».
