InicioPolíticaArgentina en el nuevo orden mundial: ¿jugadora o pieza?

Argentina en el nuevo orden mundial: ¿jugadora o pieza?

Publicado el

Desde la asunción de Javier Milei a la presidencia, Argentina ha emprendido un giro drástico en su política exterior, alineándose abiertamente con Estados Unidos y distanciándose de sus socios tradicionales en el Mercosur y de China. Este movimiento responde a una apuesta ideológica y económica, pero también a una reconfiguración del orden mundial donde la hegemonía estadounidense enfrenta cada vez más desafíos. ¿Se trata de un reposicionamiento estratégico que fortalecerá a Argentina o de una subordinación que la deja como una pieza menor en un tablero dominado por potencias en disputa?

La nueva diplomacia argentina: ruptura con el pasado

Desde su llegada al poder, Milei ha manifestado abiertamente su admiración por el modelo económico de EE.UU. y ha colocado a Argentina en una posición de alineamiento directo con Washington. La decisión de reducir la participación en los BRICS, enfriar las relaciones con China y priorizar acuerdos con potencias occidentalesmarcan un cambio brusco respecto a la diplomacia pragmática de gobiernos anteriores, que buscaban equilibrar la relación con distintas esferas de influencia mundial.

Entre las primeras acciones de Milei en la arena internacional están:

  • La visita a la Casa Blanca y su declarada alianza con el expresidente Donald Trump y su sector político.
  • La cancelación de acuerdos energéticos y de infraestructura con China, a pesar de que el gigante asiático es uno de los principales socios comerciales de Argentina.
  • El fortalecimiento del vínculo con Israel, en línea con la política exterior estadounidense en Medio Oriente.
  • La promoción de un tratado de libre comercio con EE.UU., un proyecto que, hasta ahora, enfrenta obstáculos dentro del Congreso argentino.

Esta postura ha sido celebrada por sectores financieros y empresariales afines al mercado estadounidense, pero también ha generado preocupación entre exportadores y actores políticos que ven en China un aliado económico clavepara sostener el comercio exterior argentino. China es el principal destino de las exportaciones argentinas de soja y carne, con un comercio bilateral que superó los 18.000 millones de dólares en 2023, mientras que el intercambio con EE.UU. apenas alcanzó los 10.000 millones, según datos del INDEC.

¿Un aliado estratégico o un socio dependiente?

La pregunta central es si este realineamiento posiciona a Argentina como un aliado estratégico de EE.UU. o si simplemente la convierte en una pieza secundaria en un esquema donde las decisiones clave seguirán tomándose en Washington.

Para evaluar esto, es necesario considerar:

  • El peso económico y financiero de la relación bilateral: Mientras EE.UU. representa una fuente clave de inversión y apoyo financiero a través del FMI, China sigue siendo el principal destino de exportaciones agroindustriales y un proveedor clave de financiamiento para infraestructura.
  • El contexto geopolítico: En un mundo en transición hacia un modelo multipolar, Argentina se aleja de alianzas diversificadas para apostarlo todo a una potencia en declive relativo. Mientras tanto, el bloque BRICS se expande con la inclusión de países como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, consolidando un polo alternativo de poder financiero.
  • El impacto en la soberanía económica: Una mayor dependencia de EE.UU. podría implicar una agenda de reformas estructurales dictadas desde organismos financieros internacionales y una reducción del margen de maniobra para políticas de desarrollo propias.

Históricamente, Argentina ha oscilado entre distintos modelos de alineamiento internacional. Durante la Guerra Fría, su política exterior fluctuó entre la neutralidad y alianzas estratégicas con EE.UU. en determinados períodos. En los años 90, el gobierno de Carlos Menem abrazó una política de «relaciones carnales» con Washington, con beneficios a corto plazo como acceso a crédito y estabilidad financiera, pero con una pérdida de autonomía económica que desembocó en la crisis de 2001. Posteriormente, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner se alejaron de EE.UU., reforzando la cooperación con China y fortaleciendo organismos regionales como la UNASUR.

El caso de India resulta interesante para comparar. India ha logrado equilibrar su relación con EE.UU. y China sin comprometer su autonomía. Mientras refuerza lazos militares con Washington, mantiene una cooperación económica creciente con Beijing, aprovechando ambas relaciones para fortalecer su posición global. Argentina, en cambio, parece haber optado por una estrategia de alineamiento más rígido, lo que podría limitar su margen de maniobra en un mundo multipolar.

El papel de Argentina en la agenda militar y tecnológica

Un aspecto poco discutido es el impacto de este alineamiento en la estrategia de defensa y en el acceso a tecnología avanzada. Mientras que en los últimos años China había ofrecido financiamiento para la modernización del sistema ferroviario argentino y la compra de aviones JF-17 Thunder, el acercamiento a EE.UU. podría significar un viraje en esta agenda.

Según el analista de defensa Peter Zeihan, “los países que buscan un alineamiento total con EE.UU. suelen quedar atrapados en acuerdos de defensa que los condicionan a largo plazo, sin obtener necesariamente la mejor tecnología”. Si Argentina corta sus lazos con China en estos sectores, podría perder una fuente clave de financiamiento y tecnología que ha sido utilizada por otras economías emergentes para diversificar sus proveedores.

El riesgo de la irrelevancia

Más allá de las apuestas políticas, hay un riesgo que Argentina no puede ignorar: quedar atrapada en una estrategia de alineamiento que no le brinde beneficios concretos. Si el acercamiento a EE.UU. no se traduce en inversiones, acuerdos comerciales o mayor estabilidad económica, la relación podría reducirse a gestos simbólicos sin impacto real en la economía nacional.

En contraste, Brasil y México han logrado posicionarse con estrategias más equilibradas, manteniendo relaciones comerciales con China sin abandonar sus lazos con EE.UU. Brasil, bajo el liderazgo de Lula da Silva, ha conseguido sostener un equilibrio estratégico con China y EE.UU., aumentando su peso global sin perder autonomía. México, por su parte, mantiene una relación cercana con EE.UU. gracias al T-MEC, pero también fortalece lazos con China en sectores clave como la tecnología y la manufactura.

El historiador Andrew Bacevich señala que “los países que optan por un alineamiento incondicional con EE.UU. suelen recibir apoyo financiero en el corto plazo, pero con costos en su autonomía estratégica a largo plazo”. Esta observación plantea un dilema clave para Argentina: ¿puede mantener su soberanía económica mientras se acerca más a Washington?

¿Estrategia o apuesta riesgosa?

La política exterior de Milei redefine el lugar de Argentina en el mapa geopolítico, pero las interrogantes sobre sus efectos a largo plazo siguen abiertas. ¿Este alineamiento con EE.UU. le dará al país una mayor relevancia o lo dejará en una posición de dependencia sin beneficios tangibles? En un mundo donde las potencias emergentes desafían el orden tradicional, Argentina podría estar alejándose de oportunidades claves y limitando su margen de acción.

Si el mundo está reconfigurando sus alianzas, la pregunta es: ¿está Argentina moviendo sus piezas estratégicamente o simplemente siguiendo un libreto ajeno? En un escenario donde los márgenes de error se achican, ¿qué costo tendrá esta apuesta»

En un mundo en reconfiguración, los países que solo juegan en el tablero, y no lo diseñan, terminan siendo las piezas.

 

últimas noticas

Nadie nos obliga. Nos gobiernan desde adentro

por José Mariano. El poder más eficaz es aquel que no se siente como poder. Michel...

La sombra del ego y la muerte de la política

por Ian Turowski. Lo que no hacemos consciente se convierte en destino. Carl Jung. Lo que...

Silencios comprados: la prensa tucumana y el precio de la palabra

por Maria José Mazzocato. En una provincia donde el poder no solo se ejerce desde...

Europa en vilo: la era de la paranoia generalizada

por Paula Villaluenga. Desde que estalló la guerra en Ucrania a comienzos de 2022, Europa...

Más noticias

Nadie nos obliga. Nos gobiernan desde adentro

por José Mariano. El poder más eficaz es aquel que no se siente como poder. Michel...

La sombra del ego y la muerte de la política

por Ian Turowski. Lo que no hacemos consciente se convierte en destino. Carl Jung. Lo que...

Silencios comprados: la prensa tucumana y el precio de la palabra

por Maria José Mazzocato. En una provincia donde el poder no solo se ejerce desde...