por José Mariano.
El problema no es qué mientan. El problema es que siempre nos cuentan la historia a medias y nos convencen de que es el cuadro completo. Nos llenan de titulares, de datos sueltos, de opiniones disfrazadas de hechos, hasta que creemos que ya entendimos todo.
Vivimos en una era de sobreinformación donde el ruido mediático es constante, pero la comprensión real de los hechos es escasa. En nuestra provincia, como en muchas partes del mundo, la información no circula de manera inocente. La selección de temas, el encuadre de las noticias y el lenguaje utilizado construyen una realidad específica, una narrativa que siempre responde a intereses políticos, económicos y culturales. Pero esa forma de informar fragmenta la realidad, nos enfrenta constantemente y refuerza divisiones que nos debilitan como comunidad. Nos hacen elegir bandos, simplifican los conflictos y nos convencen de que el otro es el enemigo, cuando en realidad el verdadero problema es la manipulación de la información que nos impide ver el cuadro completo.
Fuga nace para cuestionar esa narrativa. Para evidenciar que lo que vemos en los titulares no siempre es lo que realmente sucede. Y que detrás de cada noticia hay un ejercicio de construcción del sentido, un armado intencional que moldea nuestra percepción del mundo.
No se trata de caer en el escepticismo absoluto ni en la paranoia informativa. Se trata de recuperar la capacidad de leer entre líneas, de detectar cómo nos cuentan las cosas y por qué. Ese es el enfoque que asumirá Fuga: no solo contar lo que sucede, sino revelar cómo nos lo cuentan. No nos conformamos con replicar titulares ni con aceptar verdades prefabricadas. Queremos exponer las omisiones, exageraciones y sesgos que moldean la opinión pública y nos alejan de una comprensión más profunda de la realidad.
Las estrategias de construcción mediática no son nuevas. A lo largo de la historia, los distintos poderes han utilizado los medios para instalar discursos, reforzar ideologías o desviar la atención de lo realmente importante. Lo que cambia hoy es la velocidad con la que estas narrativas se reproducen y la dificultad de distinguir lo real de lo manipulado en el flujo incesante de información. Lo vemos cada día: titulares que imponen un tema mientras silencian otros, discursos que moldean nuestra percepción antes de que podamos siquiera cuestionarlos.
Fuga apuesta por un periodismo que no solo informe, sino que también analice cómo se informa. Un medio que no corra detrás de la espectacularización de los hechos, sino que invite a pensar. Porque en un mundo donde el exceso de información adormece, el pensamiento crítico es la verdadera fuga.
Bienvenidos a esta primera edición.
Esto es Fuga.