por María José Mazzocato.
La verdad ya no muere con dignidad. Hoy se entierra entre titulares apurados, rumores virales y coberturas selectivas. En una semana atravesada por la conmoción global por la muerte del Papa Francisco, otras noticias cruciales quedaron desplazadas, silenciadas o, peor aún, manipuladas. Este repaso busca poner en foco aquello que ocurrió mientras la atención se desviaba, y preguntarnos cuánto de lo que sabemos —o creemos saber— es realmente información.
Internacional | Murió Francisco: la noticia necesaria que opacó las urgentes
El lunes 21 de abril, el mundo detuvo su marcha: Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa latinoamericano, falleció a los 88 años. El derrame cerebral que lo llevó a la muerte activó una maquinaria mediática global que no conocía freno. Más de 250.000 personas pasaron por la
Basílica de San Pedro para despedirse. Presidentes, reyes, líderes espirituales y hasta jefes de corporaciones pronunciaron discursos. Durante cinco días, el planeta entero pareció girar alrededor de Roma.
Pero mientras el mundo lloraba a Francisco, también ardía. En Gaza, la ofensiva israelí sobre Rafah recrudecía con bombardeos sobre zonas residenciales. Naciones Unidas y Médicos Sin Fronteras denunciaban crímenes de guerra y el uso sistemático del hambre como arma. En Sudán, las masacres seguían desplazando a miles. En Ucrania, los drones rusos no descansaban. Y en Haití, bandas armadas se disputaban lo que queda del poder. La muerte del Papa fue noticia. Todo lo demás, al parecer, era una molestia.
Las cámaras se posaron sobre el silencio del Vaticano, mientras el mundo gritaba desde las periferias. Esa elección no es inocente: al desviar la mirada, los medios deciden qué merece atención y qué puede ser ignorado sin culpa.
Nacional | El levantamiento del cepo y el pacto con el Fondo
Mientras se hablaba de la muerte del Papa, en Argentina se anunció uno de los giros económicos más importantes del último tiempo: el gobierno de Javier Milei levantó por completo el cepo cambiario. La medida fue presentada como el paso decisivo hacia “la libertad económica total”, respaldada por un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que aprobó un préstamo por 20.000 millones de dólares en respuesta al cumplimiento del superávit fiscal.
El cepo, impuesto por gobiernos anteriores para frenar la fuga de divisas, venía siendo desmontado por etapas. Pero esta vez fue total. Se habilitó la libre compra y venta de dólares, se eliminaron restricciones y se permitió que la cotización flotara con intervención mínima del Banco Central. Paradójicamente, el dólar bajó.
Pero los precios no.
Lejos de calmar al mercado, la medida generó desconfianza. Algunos analistas hablan de “sobre-reacción” ante la apertura, otros advierten que los grandes formadores de precios están adelantando aumentos por temor a un rebote devaluatorio. Mientras tanto, el gobierno celebra como si la estabilidad fuera un hecho consumado. “Hoy empieza una nueva era”, dijo Caputo. Pero el desconcierto todavía flota en el aire, como los dólares, como los precios, como la incertidumbre.
Provincial | Tucumán: reforma constitucional entre sombras
En Tucumán, la semana también fue de movimientos subterráneos. Mientras la escena nacional y mundial capturaba toda la atención, los legisladores provinciales avanzaban discretamente con el tratamiento de una reforma constitucional. Aunque aún en fase de borradores, el proyecto ya generó fuertes críticas de sectores académicos y sociales por su falta de transparencia y participación.
La reforma buscaría, entre otras cosas, modificar el régimen de reelecciones, reducir bancas legislativas y reformular la justicia electoral. Todo bajo la bandera de la “modernización institucional”, pero con escasa discusión pública. El apuro con que se presentan las iniciativas, el hermetismo del oficialismo y la ausencia de debates abiertos en medios locales muestran cómo incluso en la democracia formal, lo esencial puede quedar al margen.
En paralelo, continúan los despidos en el Estado provincial y la precarización de servicios básicos. El ajuste nacional se replica en las provincias sin anestesia, pero sin titulares.
La muerte que sí, las noticias que no
La muerte del Papa Francisco fue un acontecimiento histórico, sin duda. Pero también fue —aunque duela decirlo— la noticia perfecta: una figura amada, un líder global, un símbolo de unidad. Lo necesario para un mundo saturado, cansado, polarizado. La noticia ideal para no hablar de guerras lejanas, de ajustes locales, de reformas que amenazan derechos.
La desinformación no es solo la mentira. Es también el silencio selectivo, la repetición sin contexto, la omisión como herramienta. Nos carcome no porque no sepamos, sino porque creemos que sabemos. Y en esa falsa seguridad, perdemos la capacidad de pensar críticamente, de conectar los puntos, de mirar más allá del titular.
Informarse, en tiempos como estos, es un acto de resistencia.