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Las imágenes que nos piensan

Publicado el

Por José Mariano.

No es que el mundo se haya vuelto más pobre en experiencias, sino que nuestras formas de percibirlo han cambiado.

Walter Benjamin, Sobre algunos temas en Baudelaire.

En algún momento, sin que lo advirtiéramos, dejamos de mirar el mundo y empezamos a ser mirados por él. No fue un quiebre brusco ni una revolución tecnológica espectacular. Fue algo más simple y más complicado a la vez. Las imágenes empezaron a moverse más rápido que nosotros. Ganaron velocidad, ganaron autonomía y, de a poco, se pusieron por encima de nuestra capacidad de interpretarlas. Hoy ya no las leemos, ellas nos leen primero.

Y ahí cambia todo.

La política, por ejemplo, sigue actuando como si todavía dominara el campo de la percepción pública. Como si sus palabras alcanzaran para organizar lo que vemos. Pero llega tarde, a destiempo. Habla lento o habla de más. Usa categorías que alguna vez funcionaron, pero que ahora parecen objetos olvidados en un estante: izquierda, derecha, república, institucionalidad. Las pronuncia por inercia, sin advertir que el mundo ya fue capturado por otro ritmo, otra lógica, otra textura visual.

Lo mismo pasa con la educación. Cree que el problema es la falta de atención, la desconexión, el cansancio. Propone reformar programas, actualizar contenidos, incorporar plataformas. Pero no entiende lo principal, que los chicos viven en un régimen perceptivo distinto. Se formaron dentro de un tipo de imagen que no espera ser comprendida. No buscan traducir la realidad, buscan sobrevivir a la velocidad.

Aquí aparece el verdadero desafío pedagógico, enseñar que toda imagen es un recorte. Que lo importante no es solo lo que se ve, sino lo que quedó afuera del cuadro, los costados, lo que está arriba, lo que queda atrás. Una educación que no forme esa capacidad de leer el encuadre —de identificar qué muestra, qué omite y por qué— está formando espectadores, no sujetos críticos. Educar hoy no es pedir distancia, sino ofrecer herramientas para pensar desde adentro de la imagen, detectando cómo el recorte organiza el sentido antes de que ellos puedan intervenir. Sin esa alfabetización visual, todo intento pedagógico se vuelve tardío.Y lo tardío en un mundo acelerado se vuelve irrelevante.

Cuando Bifo Berardi dice que “la mente se ha modificado más rápido que nuestras palabras”, está hablando de esto, de un sistema nervioso que ya no encuentra tiempo para elaborar nada. De una percepción que quedó sin intervalo. De una mente que perdió la pausa necesaria para entender qué está viendo. Un niño de ocho años procesó más imágenes que un anciano en toda su vida. Eso no podía no tener consecuencias.

La estructura de la mente humana ha cambiado.

Y ahí entra Harun Farocki. No como autor de culto, sino como alguien que la vio venir. En Desconfiar de las imágenes un libro genial y necesario, mostró que lo visual dejó de ser un espejo. Las imágenes ya no representan la realidad, sino que operan dentro de ella. No la acompañan, la producen, la reconfiguran, la reinventan. No esperan interpretación, actúan antes que nosotros. Farocki registró ese instante en el que la imagen se emancipó del ojo humano y empezó a funcionar sola, a decidir sola, a pensar sola. El mundo se llenó de cámaras que no miran nada, simplemente calculan todo. Las imágenes ya no ilustran lo que muestran, gobiernan en la velocidad.

En ese contexto, ¿qué pueden decir la política o la educación?
Muy poco. O casi nada.

Siguen hablando como si fueran las voces que organizan el sentido, cuando en realidad están intentando competir con algo que no controlan. Son instituciones hechas para un mundo que requería interpretación humana. Y ese mundo ya no está. La educación insiste en transmitir contenidos, cuando lo urgente es enseñar a descifrar los recortes del mundo, cómo una imagen construye su encuadre, qué deja afuera y qué efectos produce esa ausencia.

Por eso digo que son las imágenes las que nos piensan. Porque llegamos después. Porque ya están procesando la realidad cuando nosotros recién empezamos a verla. Porque deciden qué vemos y cómo lo vemos antes de que tengamos siquiera la posibilidad de intervenir.

Pero la salida no está en pedir un reinicio, ni en restaurar lo que está roto, ni en añorar un tiempo en el que la mirada tenía más autoridad. Ese mundo no vuelve. La alternativa —si existe— pasa por asumir la velocidad como condición y trabajar desde dentro de ella. No retirarnos del flujo, sino usar su misma materia para abrir un espacio propio.

Y ahí es donde la interrupción se vuelve necesaria. No como gesto nostálgico ni como pausa contemplativa, sino como una técnica dentro del vértigo. Una interrupción que no desacelera para escapar, sino que corta, redirige y reconfigura lo inmediato. Una operación mínima, y vital, que crea un margen en plena marcha, un punto de decisión dentro de aquello que nos arrastra.

No se trata de frenar el mundo, sino de intervenir su velocidad. De producir lucidez en movimiento. De pensar mientras las imágenes ya están actuando, no después. De usar lo inmediato como herramienta, no como condena.

Tal vez ahí empiece otra forma de inteligencia, una que sostiene la aceleración sin perder la dirección; una que no se deja escribir por completo, que no frena la velocidad, pero tampoco se entrega a ella. Un modo de existir que, aun en medio del cálculo continuo, encuentra un borde, un desvío, una fuga.

 

Bienvenidos a la Edición 36.

11 COMENTARIOS

  1. Sumamente profundo y un aporte fundamental para quienes enseñamos, sea en el grado o en posgrado.
    Creo que la idea fundamental es acceder por las fugas, los desvíos
    No definir negativamente y aceptar las contradicciones que configuran lo complejo
    Me encanta
    Felicitaciones

  2. ¡Excelente articulo!
    De nada sirve transformarnos en enemigos de un nuevo sistema, desde la Educación es vital aprender a enseñar que la realidad es mas que una espontánea, que desde el análisis y la criticidad podemos evolucionar.

  3. Muy bueno me sirve y mucho para comprender a Mi hija Bárbara de 15 años. Para ver la Educación y su Educación desde otra Perspectiva. Gracias Mariano. Cómo Siempre muy Acertado

  4. Gracias Fuga de Noticias !!! por siempre brindar la posibilidad de leer esas columnas que atrapan,guían y enseñan. Imperdible!! Necesitamos esa » transposición» en estos tiempos de desidia,egocentrismo y exagerada maldad.

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